Originalmente publicado en: Salto al reverso.

De vez en cuando recibo visitas ilustres en mi taller. A veces son magos, guerreros, dioses, alquimistas y un gran etcétera. A veces vienen en persona. Y otras veces, como en esta ocasión, me visitan usando uno de los portales que tengo en una de mis tantas salas. Es en uno de esos portales que recibí la visita de un titán.
Entre los titanes, que están incluso por encima de los dioses, existe uno que es el más influyente de todos: el titán Cronos. Cronos tenía un pequeño problema entre manos. Luego de terminar de leer el libro de los siete sellos, que nadie podía abrir, hizo una solicitud al dios de lógica, que tiene por nombre Balzak.
—¡Enano! —exclamó Cronos, con una voz retumbante, a través de uno de los portales—. Necesito que hagas una de tus transmutaciones para mi.
—Tienes suerte —le respondí con toda calma—, justo tengo cerca a quien buscas. ¡Balzak, te buscan! —exclamé hacia afuera.
Balzak y su esposa probaban algunas armas nuevas en las barracas que están fuera del taller. Balzak respondió con emoción a mi llamado, pues hacía mucho tiempo que no tenía alguna misión realmente emocionante.
—¿Enano? ¿Y qué es lo que necesita el titán Cronos de este enano?— dijo Balzak mirando por el portal. El portal funciona como un espejo. Desde nuestro lado se veía el reflejo de la dimensión donde Cronos habita. Desde la perspectiva del titán podía verse claramente que Balzak no era ningún enano.
—Ven, te mostraré lo que necesito— dijo Cronos a Balzak.
Balzak entró al portal y estableció contacto con Cronos en una de las dimensiones virtuales donde puedes encontrarte con quien sea, con tal solo pulsar un botón. Sé que todo esto suena increíble y de ciencia ficción. Pero, como buen herrero, juro que todo es verdad.
El guerrero de lógica, Balzak, es tan solo uno de los generales más fuertes de BlacksGaea y obtuvo el título de dios de lógica cuando la reina de Castilla, sin conocerle, pudo sentir su energía incluso a través de universos de distancia.
Cronos, en cambio, es una entidad compuesta principalmente por un ser que destronó al primer Cronos y que tomó su puesto. Así como Jesús tomó el trono de Jehová (según algunas religiones), como Siddhartha se volvió un Buda, como Cratos venció a Prometeo y muchos otros casos que conozco.
En cuanto apareció frente a él, Cronos fijó un reto para Balzak y le apuntó con una flecha impulsada por dos cuerdas.
—Necesito saber como transformar esto en energía pura, para poder manipularla a mi antojo— dijo Cronos, refiriéndose a su flecha cargada.
—¿Eso es todo? ¡Ja, ja,ja!— Balzak lanzó una carcajada.
—Sí, es todo. Sólo quiero una pequeña muestra de tu poder. No necesito mostrarte todos mis planes— le contestó el astuto Cronos.
—Esto se hace así —dijo Balzak—. ¡Lanza tu flecha!
Cronos lanzó la flecha en cuanto vio que Balzak conjuraba algo con las manos. Hecho eso, Balzak tomó las cuerdas con las que la flecha fue impulsada y, con su conjuro, las convirtió en energía pura. Cuando la flecha estaba muy cerca de él, combinó en sus brazos las energías que fueron generadas por el conjuro y las sumó en un solo rayo de energía pura, con el que anuló completamente la flecha.
Cronos quedó maravillado ante la escena protagonizada por el dios de lógica.
—¡Gracias, enano! —dijo Cronos, muy agradecido—. Ha pasado tanto tiempo que ya no recordaba esos conjuros ni como usarlos.
—Cuando quiera, señor— contestó Balzak, haciendo una venia y retirándose.
Balzak dio media vuelta y volvió al taller a través del portal.
—Ahora mis hijos y aprendices sabrán quien me ha recordado esos viejos conjuros. Balzak, lo que me has mostrado es increíble. Te has ganado mi favor— la voz de Cronos retumbó en el taller.
Y así fue como recordé que la supremacía de un ser no está en su título. Fuese este un dios, un titán, un guerrero o un simple humano. El poder de un ser se encuentra en lo que es capaz de hacer, si lo hace.
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